Jungle Indie Rock
El pasado sábado día 7 de Noviembre pudimos asistir a los conciertos organizados por la plataforma “Queremos Entrar”, que congregó en Matadero Madrid a un público muy familiar y contó con las actuaciones de Luis Brea, Virginia Maestro, Pedro González, Candela y Los Supremos, y el grupo Sonograma.
Queremos Entrar es un movimiento ciudadano cuyo objetivo es la modificación de la ley de la Comunidad de Madrid por la cual los menores de 18 años no pueden entrar ni actuar en salas de conciertos. Nos referimos a dos leyes, que si no me equivoco son, la Ley de Garantías de los Derechos de la Infancia y de la Adolescencia (Ley 6/1995, de 28 de marzo) que no es necesario cambiar, y la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (Ley 17/1997, de 4 de julio), por la cual un menor no puede entrar a una sala de conciertos, ya que en estos establecimientos se sirve alcohol.
Se trata de una ley que, pretendiendo proteger al menor, se articula como el dicho, “muerto el perro, se acabó la rabia”. Lejos de buscar soluciones precisas que protejan al menor y a la vez no restrinjan sus derechos, directamente le amputa al menor su derecho de asistir a un espectáculo y lo protege por encima de sus progenitores, que bien pudieran acompañarlo, pero que ni siquiera eso pueden hacer. Y todo por el mero hecho de que en esos espectáculos se sirve alcohol a adultos, un hecho totalmente ajeno al tipo de espectáculos que uno quiera ver.
Afortunadamente para mí, no existía esta ley cuando yo era adolescente, por lo que pude ver con mi padre a grandes estrellas de la música en los años 80. Ha sido, y es normal en mi familia, el comprar entradas de conciertos contando ya con mi padre, como uno más, que con gran paciencia y una Renault ranchera, nos llevaba a toda la panda de amigos de ida, estancia y vuelta, a conciertos y salidas varias, en lo que terminamos bautizando como el papa-móvil. Cualquiera hace eso ahora, con la que cae, que ni siquiera puedo llevar a mi sobrino al circo porque no tengo silla reglamentaria.
La plataforma Queremos Entrar, surge de la experiencia propia de sus fundadores, amantes de la música y que han tenido que esperar a cumplir la mayoría de edad para poder ir a un concierto. Esta plataforma surgió a partir del festival adolescente FESTeen (Octubre 2015, Matadero Madrid) y aunque cuenta con apenas un mes de existencia, avanza con paso firme. Esperemos que se produzca la modificación de la ley y que nuestra sociedad tenga leyes que protejan a los menores pero no les prive de algo tan bello como es la música en directo. Para más información visitar la web de la plataforma. También podéis apoyar esta iniciativa con la etiqueta de Twitter, #QueremosEntrar
Luis Brea y El Miedo
Luis Brea se mueve como pez en el agua rodeado del público más joven. Tiene ese don de atraer su atención y ganarse su confianza, hacerles bailar, y seguirle. Su música es ya muy cercana y habla de sentimientos que todos hemos tenido. Y aunque quizás asuste una guitarra enchufada a un cable, Luis Brea nos proporcionó uno de los momentos más entrañables de este día de conciertos, con una conga improvisada por Juan Santaner Jr. a la que se sumaron los más pequeños.
Virginia Maestro
Virginia Maestro cantó en formato acústico para un público que la esperaba con gran expectación. Con un disco recién estrenado, Blue Bird, el mejor de su carrera según algunos críticos expertos (y me incluyo, faltaría más) Virginia cantó canciones de este gran disco, animando al público a cantar con ella. Pero hubo un poquito de todo, y en la placita de Matadero sonó quizás por primera vez para los más pequeños la canción de los Beatles, “From Me To You”. Todo un lujo como primer concierto de tu vida el escuchar la música de los Beatles y a Virginia Maestro. Quizás algún día cuando alguien les pregunte: “¿Y para tí, cuál fue el primer concierto al que fuiste?” Entonces digan: “Yo fui a Queremos Entrar y estuve con Virginia Maestro”.
Pedro González
Pedro González es un joven guitarrista de jazz con una carrera brillante delante de él. Joven promesa de nuestra música, González interpretó para todos nosotros una pieza tradicional con el también joven guitarrista Andrés Álvarez, que no se queda atrás. Un diálogo endiablado a dos guitarras que nos dejó estupefactos.
De Pedro González se está hablando mucho. Este joven madrileño cuenta ya con el apoyo de músicos como Xoel López, Amaral, Leiva, y de muchas personas de Radio 3. Es un gran músico, un gran
intérprete y un amante de las guitarras de ediciones especiales. Para este día González se hizo acompañar de una Aria Diamond, rara avis estas guitarras japonesas que solo son usadas por un 1% de
los músicos de jazz, según San Google. Y espero no equivocarme de marca y modelo, que lo mío es el piano y entre guitarras me pierdo. Se lo tendremos que preguntar a Pedro cuando le volvamos a
ver. Espero que en algún concierto, muy pronto, cuando le dejen entrar. O en algún concierto en el que toque él y esté tan a reventar, que será a nosotros a quien nos cueste
entrar.
Candela y Los Supremos
Candela Y Los Supremos hicieron saltar y bailar a los más peques. Divertidos y sin complejos, este grupo de música infantil liderado por la gran Candela no puede dejar mejor sabor de boca
animando a todo el mundo a pasarlo bien con sus canciones. Pop alienígena con influencias de Félix Rodríguez de La Fuente, así se describe el grupo de Candela, Judith y Edu, un grupo que retoma
un género que ha estado desierto en nuestro país durante muchos años y que parece renacer para la alegría de los más bajitos.
Sonograma
Contundente estuvo el grupo, Sonograma. Fundado en 2010, este grupo madrileño cuenta con dos EP’s, un álbum de debut y un nuevo trabajo, “Tormenta”. Se trata de un cuarteto de pop rock nacional con un sonido muy fresco, un buen vocalista y ritmos muy pegadizos. He de reconocer que no conocía a este grupo, que me sorprendió muy gratamente. Simpáticos, muy naturales en el escenario y con una gran soltura, caldearon el ambiente al cierre de este gran día.
Entrevistas
Entre las diferentes actuaciones, Virginia Díaz, de Radio 3, entrevistó a los responsables del evento, así como a algunos de los músicos participantes en este día.
Los promotores de la plataforma Queremos Entrar nos contaron cómo fundaron la plataforma y cómo van los avances sobre un posible cambio de la ley, compartiendo con el público lo sorprendidos que estaban de la buena acogida de esta iniciativa, incluso entre los propios grupos políticos con los que se han reunido en la Asamblea de Madrid. Muchos de ellos, nos contaron, desconocen incluso que existe esta ley, y expresan su rechazo al conocerla. Es muy llamativo que esto ocurra, pero es una buena noticia para el avance de esta plataforma.
Juan Santaner de Industrias Bala, compartió con el público su visión de la ley y lo absurdo de algunas situaciones a las que da lugar. Un menor puede ir a un restaurante con sus padres, donde se sirve alcohol, pero no puede ir con sus padres a un concierto porque se sirve alcohol. Nos comentó además cómo muchos grupos musicales estaban viendo impedidas sus carreras por contar con algún menor en sus filas. Y cómo muchos menores no podían ver a sus padres músicos actuar, mientras sí pueden atender a una corrida de toros.
Su hijo, Juan Santaner Jr. fue más explícito y con una lógica aplastante nos contó como, en plena era botellón, un menor no va a un concierto a emborracharse, pagando una entrada que encarece el precio de las posibles bebidas alcohólicas que pueda intentar consumir. De querer consumirlas las consumiría en un parque, nos dijo, y no se gastaría el dinero en un concierto. Los menores que quieren entrar en un concierto quieren entrar para ver ese concierto, y es tan simple como que se les pida su documentación si pretenden adquirir una bebida alcohólica.
Y dantesco el testimonio del joven guitarrista Pedro González, que nos contó como no pudo asistir al festival internacional de Jazz, lo que le produjo un gran sufrimiento, puesto que la música y el jazz son su pasión. Tenemos en Madrid a una joven promesa del jazz que no solo no puede participar en un festival, sino que tampoco puede disfrutar de la música en directo y añadir a su aprendizaje el escuchar y ver en directo a los más grandes.
Un público especial
El día de #QueremosEntrar ha sido todo un éxito de público y actuaciones en un ambiente familiar en el que grandes y pequeños lo pasaron muy bien. Mi cámara registró momentos entrañables como los que mostramos aquí, y muchas son las anécdotas que pudimos presenciar con los más pequeños absortos en el espectáculo. No os perdáis a esta “gran” fan de Virginia Maestro en avanzadilla de la primera fila, para no perderse ni un detalle. O esos tres amiguitos que observan y comentan entre ellos lo que ven, como hacemos todos nosotros cuando vamos a un concierto. Muy especial para nosotros encontrarnos con Irra Gómez, del grupo de rock Inra, del que hemos publicado en muchas ocasiones y hacía tiempo que no veíamos.
Disponemos de muchas fotografías del evento, pero no nos atrevemos a publicar más por miedo a invadir la intimidad de las familias que allí estaban. Ruego que si alguno de ellos quisiera que eliminásemos alguna de las que hemos publicado, por favor nos lo haga saber. No es nunca nuestra intención molestarles, ni aprovecharnos de su imagen, pero hemos querido compartir algunas de ellas para dejar constancia de cómo ha sido este día tan especial.
Ellos quieren entrar
Estos son Javi y Yago, fans del grupo alemán Rammstein, por iniciativa propia, ya que ninguno de sus padres escucha a dicho grupo en casa. Preguntados si querían colaborar en una iniciativa para cambiar la ley y que los menores pudieran ver en concierto a sus grupos favoritos, lo tuvieron muy claro y rápidamente se preguntaron: "Entonces, si nos dejaran entrar, ¿eso significaría que podríamos ir a ver a ACDC?
La demanda existe, no es solo un empeño de padres de llevar con ellos a sus hijos a un concierto. Pero la ley lo impide, por encima de la voluntad de los padres y el deseo de los hijos. Así que
la pregunta de Javi y Yago queda en el aire. Pero entre todos, con #QueremosEntrar, podemos hacer que cambie esta ley absurda y dejar que los menores disfruten del placer de la música en directo, acompañados de
las personas que son responsables de ellos.
